Curioseando -LIBRE-

Como cada año, nos llevaban de excursión a Hogsmeade. Tal vez pensaban que no nos dabamos cuenta de lo que estaba ocurriendo o de que cada paso que dabas había ojos puestos en ti para evitar que estuvieras planeando algo en contra del Ministerio. Aquel Ministerio ya me estaba cansando bastante, pero aún as´´i no tenia nada que hacer.
No me gustaba estar con los chicos de cursos más bajos ya que no quería arruinarles la tarde pensando en cosas. Fui a buscar a gente de mi curso, seguramente estarían en la casa de los gritos, aquel lugar parecia tener un imán para atraer a la gente.
Caminé tranquila hasta la casa y para mi sorpresa, cuando llegué allí, no había nadie. La casa estaba más sola que nunca, aunque la verdad es que eso permitía cierta libertad para explorarla. Desde que había ido a primero mi mayor curiosidad habia sido descubrir que se escondía en aquella casa. Estaba segurisima de que no se trataba de "La casa más encantada de Londre" sinó de algo más que eso, y yo sentía muchisima curiosidad. Pese a eso, no creía que fuera una buena idea ir yo sola. Me senté en la barandilla y suspiré, menuda excursióna Hogsmeade más aburrida.

Bueno, apenas había llegado a Hogwarts y ya había excursión. La verdad es que no estaba nada mal o bien eso pensaba hasta que salimos de excursión y me horrorizé de lo aburrido que era aquello. Cuando tuve una oportunidad seguí mis propios pasos y tras un rato acabé en una casa en ruinas. Me preguntaba qué habría dentro así que entré y curiosee la casa, sobre todo el nivel superior.

Además de polvo y objetos arruinados ya por el óxido y las termitas, en esa casa no había prácticamente nada. Me sorprendió encontrarla vacía de personas porque no era un mal lugar para reunirse en grupos de amigos y poder disfrutar de un día divertido al margen de las disgustadas miradas del profesorado.

Pensaba en todo esto y seguía curioseando cuando escuché ruidos abajo.
Fuí a mirar y reconocí a una chica que había visto en la Sala Común de Gryffindor, sería de mi edad, ya que yo tenía 17 años a pesar de cursar 6º, pero si no recordaba mal creo que ella era de 7º curso. Me apollé en la barandilla dispuesto a saludarla cuando la barandilla venció.

En un abrir y cerrar de ojos bajaba volando de nivel para darme de bruces contra el suelo. Afortunadamente era un primer nivel, y el suelo de madera vieja no hacía del suelo algo excesivamente duro, pero el golpe fue expectacular.

Maldita sea.... Murmuré intentando levantarme.

Estaba algo ida pensando en lo mudho que me aburria y en que tal vez estaría bien curiosear el piso de arriba cuando de repente escuché un fuerte ruido detrás mio. Un chico de Gryffindor, como pude adivinar por su tunica, se habia caido de boca justo al lado mio. No pude evitar reirme de su caida, ya que habia sido bastante gracioso verlo caer.

- Buena entrada...-dije riendo.- ¿Estás bien? -dije mientras me agachaba a donde estaba él.

Después me quedé mirandolo hasta que pude verle la cara. Me parecia conocerlo de la sala común, aunque no parecía más pequeño que yo, no me sonaba haberle visto en clase. Sonreí mientras pensaba que si fuera a mi clase me acordaría de él, siempre recordaba a la gente que me llamaba la atención.

- ¿Te Ayudo? -dije ofreciendole mi mano desde mi postura agachada.

Escuché la risa de la chica y no pude evitar sonreir, se ha debido de ver cómico desde fuera, claro. Yo también me estaría riendo en su lugar. No hay problema, lo hice a propósito. Bromee mientras tomaba su mano para ponerme en pie. Te vi aburrida y decidí hacer este espectáculo para divertirte un poco. Añadí entre risas para restar importancia al inmenso golpe que me acababa de dar. Lo cierto es que aparentaba más de lo que era por el sonido y lo abrupto de caer como un saco de patatas desde un primer piso, porque realmente no me dolía nada.

Comencé a sacudirme el polvo de la túnica.
Creo que no nos conocemos, soy Michael Sanders. Ambos somos de Gryffindor creo que tu cara me suena de haberte visto en la Sala Común. Soy nuevo aquí. Dije mientras terminaba de sacudir el polvo, y tras estar limpio ya, extendí mi mano a la chica para saludarla.

Reí divertida cuando el chico dijo aquello. Parecia que la diversión habia llegado a mí después de tanto pedirla. Le miré entonrando los ojos con una gran sonrisa.

- Pues lo has conseguido.-dije riendo.- Eres lo más divertido que me ha pasado hoy.-dije entre risas.

Después escuché la presentación del chico y extendí mi mano despues de haberme puesto de pie de nuevo.

-Me suena tu cara...-dije pensativa.- Yo soy Grace Grant. -dije sonriendo simpática.- Creo que no me olvidaré de ti después de esto. -dije riendo.

La verdad es que el chico era guapo, y además parecia divertido. Aquello almenos no me planteaba una tarde sola y aburrida en la casa de los gritos, almenos tendría compañia.

Las palabras de la chica me hizo confirmar lo que había creído ver desde arriba, antes de planear hasta el suelo de aquella manera: la chica parecía un poco aburrida y no era para menos porque la excursión era bastante sosa y esta casa destartalada en solitario no parecía ser un arma muy eficiente contra el aburrimiento.

Te sonará de la Sala Común, a pesar de que tengo 17 años estoy cursando 6º. Hasta ahora he estado estudiando de forma particular y comencé algo tarde a causa de los viajes de mis padres, así que a pesar de mis 17 años recien cumplidos estoy en un curso por debajo, ya que imagino que tú irás a séptimo. Expliqué sentandome en uno de los escalones tras mirar la distancia que había de caída ¡para haberme matado! Yo solía ser resistente a las caídas pero aquella caída merecía ser recordaba como ejemplo de resistencia.

Rei cuando dijo que no se olvidaría de mi después de esto.
Creeme que yo tampoco, eres la primera persona en Hogwarts que descubre que en realidad no reboto Volví a bromear riendo.

Le miré con cara de interés mientras me relataba como había sido su época escolar. Después me apoyé en uno de los trozos de barandilla que aún quedaba entera y le miré sonriendo cuando se sentó en los escalones.

- Así que el señorito Sanders va un año atrasado eh? -dije bromeando.- Está bien saberlo.

Después apoyé mi cabeza sobre mi mano y rodé los ojos. Escuchaba lo que el chico me decia y después reí sin poder evitarlo, la verdad es que aquel chico era realmente gracioso.

- Tendrías que aprender a rebotar, me siento honrada de que me hayas hecho esta muestra, pero para futuras caídas, tenlo en cuenta.-dije riendo.

La verdad es que esperaba que almenos siendo dos el dia se hiciera más entretenido, la casa de los gritos estaba vacia y fuera hacia aun un poco de frío pese a ser ya primavera. Aquella excursión era aburrida, la protección de los aurores era asfixiante y no daba nada de libertad a poder pasarlo bien...estúpidos...

- Cual es tu plan aparte de entretenerme con la caída? -dije sonriendo ampliamente.

Reí con ella cuando respondió al asunto de rebotar, lo cierto es que había un hechizo que permitía aquello o al menos eso creía recordar de mis clases. Pero uno de mis fuertes no eran los libros así que obviamente no me acordaba del encantamiento, y menos me iba a acordar mientras volaba camino al suelo.

Sí, creo que tengo que aprender a rebotar para caer con más estilo. Comenté.

Ella planteó aquella pregunta y rodee los ojos pensativo, a fuera hacía un frío endiablado y salir no iba a ser muy buen plan. Además de todo había una cantidad enorme de aurores patrullando Hogsmeade. Lo cierto es que siempre podemos intentar explorar esto más a fondo, desde fuera esta casa está avisando que la invadamos, aunque... Volví a reir. ¡También podría avisar de que las barandillas están en mal estado! Añadí entre risas. A propósito ¿Hogsmeade siempre está tan lleno de Aurores o es que ha ocurrido algo?

Reí cuando dijo aquello, la verdad es que recordaba haber leido algo sobre un hechizo rebotador, pero no sabía muy bien donde, no le habia encontrado utilidad nunca.

- Sí, deberías.-dije riendo.

Escuché lo que dijo y la verdad es que tenia razon, no se podia hacer mucho mas. Fuera hacia demasiado frío y además los aurores me ponian nerviosa, me parecia que fuera una asesina en busca y captura.

- Tienes razón, de algun sitio tienen que salir esos gritos taan miesteriosos.-dije ironicamente.- Pues creo que es por culpa de los mortífagos y de V...-me paré en seco.- del que no debe ser nombrado.
Yo no tenia miedo de nombrarle, pero la gente a veces me miraba raro o aterrorizada cuando lo decía. Así que sonreí mirando al chico.

Se me erizó un poco el bello de los brazos cuando mentó al que no puede ser nombrado, aunque disimulé bien mi reacción ya que aparentemente solo la miraba y la escuchaba con atención. ¿Mortífagos en Hogsmeade? ¿Y en Hogwarts nos sacan de excursión a Hogsmeade? Bueno, veo que no soy el único loco suicida entonces. Dije con una pizca de ironía. Mis padres conocían la situación con los mortífagos, de hecho todo el mundo la conocía, pero pensaban que Hogwarts era el lugar más seguro y uno de los pocos lugares donde el Señor Tenebroso no podía acceder, gracias a la protección del célebre Albus Dumbledore. Sin embargo yo comencé a dudar ¿a qué clase de loco se le ocurre traernos a Hogsmeade si están cazando mortífagos?

¿Pero ha habido algún ataque, o algo parecido, que haya atraído a los Aurores hasta aquí o solo son sospechas? Pregunté.

Miré al chico sonriendo aunque por dentro estaba pensando en lo estúpida que habia sido al sacar el tema, ¿quien me mandaba a mi? Aquellos temas eran aburridos y frustrantes ya que no habia muchas opciones de poder arreglar la situación.

- No, no ha habído ataques. -dije respirando hondo.- Pero temen que los haya ya que como sabes Harry Potter está en Hogwarts. Pese a eso, este lugar está asegurado por los aurores, es dificil que pase algo.

Después volví a jugar distraídamente con mi pelo. Me moría de ganas de que ocurriese la batalla final. No tenia nada que perder y muchisima paz que ganar y la verdad es que no tenia la menor duda de al lado de quien me iba a posicionar. Miré al chico mientras sonreia esperando alguna respuesta.

Harry Potter, sí, él estaba en Hogwarts y eso todo el mundo lo sabía. Por mi parte yo no lo conocía aunque me había preguntado más de una vez como sería "el niño que sobrevivió". Era una historia conocida por todo el mundo, a mi me parecía fascinante que un bebé derrotase al Que No Debe Ser Nombrado. La presencia de Potter en Hogwarts obviamente generaría la necesidad de proteger Hogwarts, eso explicaría la abundancia de aurores.

Bueno, entonces mucho mejor. Lo único malo de todo esto es que si queremos hacer una escapada de las clases para ir a Hogsmeade ya no únicamente tendremos que cuidarnos de los profesores, sino también de los Aurores. Bromee. Noté que a la chica los Aurores no le hacían demasiado gracia, así que obvié comentarla que yo tenía pensado intentar hacerme Auror una vez me graduase. Supongo que debe de ser incómodo que todo el mundo te conozca por una desgracia, ya que al fin y al cabo según los relatos los padres de Harry murieron aquella noche. Dije recuperando la seriedad, lo cierto es que la historia de Potter más que admiración me despertaba un poco de tristeza. Si yo me ponía en su lugar ahora mismo no me sentiría nada orgulloso porque todo el mundo me conociese.

Miré al chico cuando habló de Harry. La verdad es que debía haber sido muy duro para él el hecho de ser conocido en el mundo mágico cuando él apenas sabía que era la magia. Ser conocido por haberte salvado de la muerte debe ser un halago, pero no si te cuesta la muerte de tus dos padres, La muerte de unos padres nunca se supera.

- No me gustaría estar en su luger...-dije sonriendo levemente pese a que mi vida tampoco habia sido un camino de rosas.- Pobre chico, es por eso que tenemos que ganar la batalla contra...eso.-dije refiriendome a Voldemort.

Yo no tenia mala opinión de los aurores, simplemente creía que algunos eran unos corruptos y no eran de fiar, al fin y al cabo, el señor tenebroso estaba en todos sitios. Maldito Voldemort! ¿Pensaba arruinar la vida de todo el mundo? Yo iba despues de Harry y los sangre sucia en su lista, al fin y al cabo, mi madre era una muggle.

Ganar la batalla contra Voldemort era algo tan difícil que hasta sonaba irreal. Yo no estaba demasiado versado en ese tema, máxime nunca había tenido ningún problema en relación a ellos, aunque era un tema que me interesaba porque imaginaba que si realmente llegaba a ser Auror, iba a chocar de frente contra los partidarios del Señor Oscuro.

Supongo que sí. Dije mirando a la chica, hablaba como si estuviese muy inmersa en aquel asunto. De todas formas cuando hablamos de Quien Tu Sabes, hablamos de un mago al que muchos han intentado derrotar sin éxito. El Ministerio no parece demasiado hábil en este tema. Era una forma de decir lo que realmente me parecía: que los del ministerio eran unos inútiles. Pensar en la posibilidad de que Voldemort se hiciese con el control del mundo mágico daba escalofríos a juzgar por las historias que se cuentan de su auge.

Miré al chico sonriendo. La verdad es que mi padre era auror, y si en aquel momento supiera donde estaba, me sentiría mucho más tranquila. Sabía que mi madre era solo una muggle así que no me preocupaba que le pasara nada. Pese a eso sabía que los mestizos y los hijos de muggle corríamos peligro.

- Supongo que sí. El ministerio no se está luciendo mucho que digamos.- dije algo más seria.

Al parecer al chico le interesaba bastante aquel asunto. Muchos de los estudiantes de Hogwarts solian querer ser aurores una vez terminados los estudios. Por mi parte yo, siempre habia pensado en ser escritora en el profeta, o tal vez de libros, adoraba escribir. A pesar de eso, sabía que hasta que no acabara la guerra no habria nada más que lucha, y en ese caso no pensaba echarme atrás.

- Cambiando a temas más alegres...-dije sonriendo al chico.- Propones algo para hacer ahora? La verdad es que los aurores y el que no debe ser nombrado me aburren un poco. Tanto oir hablar de ellos...en fin...-dije rodando los ojos.

Asentí con la cabeza cuando mencionó que el Ministerio no se lucía mucho. En ese momento pensé hasta qué punto los Aurores tendrían limitaciones políticas. Ese era un tema que había pensado varias veces ya que, si deseaba convertirme en Auror, tenía que tenerlo bastante presente.

No obstante estuve de acuerdo en cambiar de tema, pensar de vez en cuando en todas esas tragedias no era malo, pero darle demasiadas vueltas era distinto, además de aburrido a veces. Sí, creo que será mejor dejar a los mortífagos en las preocupaciones de los Aurores. Confirmé acompañándolo con un gesto afirmativo con mi cabeza.

Miré a mi alrededor y redirigí la mirada a la chica.
¿Exploramos un poco esto? Propuse, pensando que tal vez sería lo único que podríamos hacer de interesante en ese lugar. Supongo que por aquí tiene que haber más cosas además de capas y más capas de polvo y óxido por todos los lados. A decir verdad polvo había como para cubrir una ciudad entera.